domingo, 11 de julio de 2010

Diagnóstico

1. Diagnóstico parasitológico.
El diagnóstico de la amibiasis intestinal está basado en el examen de heces o en la biopsia. El examen microscópico no permite diferenciar E. histolytica de E. dispar, excepto cuando los trofozoítos de E. histolytica presentan eritrocitos fagocitados, que es una condición altamente asociada con la amibiasis invasora. En las infecciones por E. dispar no hay trofozoítos hematófagos. En el 90% de los casos se requieren hasta 3 exámenes de heces consecutivos para el diagnóstico de la infección. Virtualmente todos los pacientes con colitis amebiana aguda tienen sangre oculta en heces de modo que el examen de sangre oculta puede usarse como una prueba de tamizaje. La presencia o ausencia de leucocitos fecales no contribuye al diagnóstico. Los cultivos para amebas a partir de material fecal sólo sirven para estudios epidemiológicos.
2. Diagnóstico inmunológico.
Como se ha mencionado antes, los anticuerpos antiamibianos se desarrollan sólo en la infección por E. histolytica y no por E. dispar. La ausencia de anticuerpo a E. histolytica en suero después de una semana de síntomas es una evidencia fuerte contra el diagnóstico de amibiasis intestinal invasora o de hepática. Frecuentemente la serología es negativa al inicio de la presentación aguda del absceso hepático pero se positiviza a los 7-10 días. Los anticuerpos antiamibianos se detectan en más del 85 al 95% de los pacientes con colitis invasora o con absceso hepático. Sin embargo, debido a la larga persistencia de la mayoría de los anticuerpos, ni la prueba inmunoenzimática (ELISA) ni la hemaglutinación indirecta (HAI) pueden diferenciar una enfermedad aguda de un episodio remoto en áreas de elevada endemicidad. La contrainmunoelectroforesis (CIEF) y la difusión de precipítanos en gel (DPG) son menos sensibles pero su positividad se extiende sólo por 6 a 12 meses después del inicio de la enfermedad y por consiguiente son de mucha utilidad diagnóstica en las áreas de alta endemicidad.
3. Diagnóstico imagenológico.
Las radiografías con enema de bario no siempre están indicadas en los pacientes con colitis amebiana debido al riesgo de perforación y por su falta de especificidad. Estas radiografías son de utilidad para identificar los amebomas. Los métodos imagenológicos no invasivos como la ultrasonografía, tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia magnética nuclear (RMN) han mejorado notablemente la habilidad del clínico para diagnosticar el absceso hepático amibiano. La ultrasonografía es el método preferido por su capacidad de diferenciar una enfermedad de tracto biliar de la enfermedad hepática con rapidez, bajo costo y ausencia de efectos tóxicos. La TAC puede dar mayor resolución de la imagen y ser más sensible pero no proporciona datos más específicos. En todo caso, ninguno de estos métodos permite diferenciar entre un tumor quístico, un absceso piógeno o un absceso hepático amibiano.

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